jueves, 19 de agosto de 2010

TE EXTRAÑO PAPÁ.

Para el día de José, ya se está acabando el vino. Porqué él, no lo cosechaba, pero tomaba de los buenos.
El viejo Oliveto, tenía una generosidad. Aunque no pudiera, invitaba igual. Y eso se lo dije en su velorio, pero se enojó. ¡Qué difícil, Toto sos!  Borbotones de carácter, tenías vos. Al psicólogo no fuiste, al peluquero poco, no viajeste casi nunca, excepto cuando ibas al trabajo. Y ahí le convidabas a tus amigos, un café, aunque después no tenías ni para viajar. Yo te quiero igual. José Oliveto, te extraño, ya. Como me gustaría que estuvieras vivo, sé qué arriba estás, muy bien. A San Pedro lo conveciste,  de que al cielo te dejara entrar. Pero yo, te quiero acá. Y todo gracias al vino, y el vino te llevó. No te dejes convencer, no me asusta casi nada, venime a visitar. Pero no, haciendo el cuatro. Igual, yo te quiero igual. Yo te quiero igual. No te puedo olvidar, venime a visitar. PARA MÍ ESTÁS ACÁ, SENTADO EN MI SILLÓN.




No hay comentarios:

Publicar un comentario